15 noviembre 2007

CONSEJOS PARA ELIMINAR EL STRESS...

CONSEJOS PARA ELIMINAR EL STRESS..

Aprenda a medir sus fuerzas, y no se violente a sí mismo intentando hacer algo más allá de sus posibilidades.

· Evite "exprimirse" hasta el agotamiento en sus empeños.

· No se convierta al "culto de la velocidad", y trate de tomarse el tiempo necesario para todo. La naturaleza se compone de seres rápidos y lentos; cada uno debe caminar a su propio paso.

· Respete sus motivaciones y haga las cosas que ama. Trate de realizar las tareas que le resulten más interesantes y placenteras. Si una actividad le resulta desagradable, trate de no realizarla, o de encontrarle algún sentido útil o justificativo ante sí mismo.

· Cuando un trabajo está trabado, haga una pausa, descanse o realice otra tarea.

· De ser posible, trate de ver las tareas y los contratiempos como desafíos que le permitirán crecer, y no como situaciones amenazadoras.

· No acepte cargos o tareas en los que no pueda controlar y decidir por sí mismo el modo de hacer su trabajo.

· Si no se adapta a una tarea, quizá sea conveniente un cambio.

· A veces lo trágico no son tanto las situaciones como el modo de interpretarlas. Es posible que cambiando la forma de ver los conflictos, se reduzca su malestar y pueda elaborar otras soluciones.

· Dedique tiempo a revisar su escala de valores, y si encuentra o le demuestran que usted sostiene algún principio nocivo para los demás o para usted mismo ¡deséchelo!.

· El desahogo con confidentes leales mitiga los pesares, porque se ha demostrado que la persona que tiene una buena pareja, una buena familia o amigos seguros sufre menos ante las adversidades.

· No es sano tener muchos asuntos pendientes, porque impiden su tranquilidad. Intente identificar todas las situaciones de estrés, estudie sus opciones, y trate de resolverlas poco a poco, según un orden de prioridades -y sin exageraciones perfeccionistas-.

· Aprenda a verse a sí mismo y a los demás con humor, porque la risa reduce el miedo y amortigua el estrés.

· No permita que ninguna circunstancia ni persona rebaje su propia dignidad ni su amor propio, y
recuerde que una autoestima alta reduce el impacto de cualquier estrés.

· Es sano ser algo egoísta, y no se puede ser totalmente altruista. Resulta imposible complacer a todo el mundo, y a veces tiene que decir que no. Al mismo tiempo, no permita que los demás lo presionen, lo manipulen, ni le impongan una velocidad.

· Trate de ganar el amor de los demás, porque el odio contra los otros luego se vuelve contra usted mismo. Por otra parte, si es bueno y útil al prójimo, será recompensado con afecto y atenciones.

· El odio y el rencor son tan malsanos y destructivos para la persona que los experimenta de modo crónico, que el perdón al otro resulta la mejor opción para resolver algunas desavenencias.

· Resulta más sano ser tolerante y preferir la negociación a la guerra.

· Acostúmbrese a admitir la crítica y a expresar honestamente lo que piensa.

· Aprenda a distraerse, y dedique una parte del día a recrearse sin remordimiento. Intente jugar sin pretensiones competitivas. Puede leer y escuchar música, bailar o ver TV o realizar algún pasatiempo.

· Trate de caminar varios kilómetros por día, o practique de 30 a 60 minutos de ejercicios tres veces por semana, pues estar en forma física reduce el impacto del estrés y la mortalidad cardiovascular.

· No se prive del sueño que su cuerpo necesita, y no contraiga "deudas de sueño"; si nota que le resulta de beneficio, puede dormir una pequeña siesta.

· Tome su tiempo para comer y hacer el amor -sin apresuramiento-.

· Evite las comidas copiosas con exceso de azúcar refinada, grasas, frituras o huevos. Trate de consumir vegetales, frutas, carne de pescado y ave, y tome vitaminas y minerales suplementarios.

· Es sensato reducir el consumo exagerado de sal, café, té, mate, tabaco y alcohol, que potencien los efectos nocivos del estrés sobre el sistema cardiovascular. Para evitar la habituación, no tome drogas sedantes ni estimulantes por más de dos semanas sin control médico.

Autor: Renato Mardones - Puerto Rico.

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